lunes, 21 de mayo de 2007

Tenía que ser Federer

El número 1 del mundo terminó con el invicto de Nadal sobre polvo de ladrillo, al que venció por 2-6, 6-2 y 6-0, y conquistó el torneo alemán por cuarta vez

13 los partidos que perdió Nadal en polvo de ladrillo en el ATP Tour, sobre un total de 134 encuentros. Su máximo vencedor es Gastón Gaudio, con tres éxitos sobre el español. Lo siguen Roger Federer, Igor Andreev, Olivier Mutis, David Ferrer, Carlos Moya, Fernando González, Nicolás Lapentti, Alex Corretja, Guillermo Coria y Olivier Rochus, todos con uno.

HAMBURGO (Especial).- Tenía que ser así, a lo grande. Tan grande como lo es Roger Federer. No había otra manera de quebrar un invicto casi eterno, increíblemente extenso en el hipercompetitivo primer nivel del tenis mundial. El suizo consiguió terminar con la serie de 81 triunfos consecutivos sobre polvo de ladrillo de Rafael Nadal y se dio el gusto de conquistar por cuarta vez el Masters Series de Hamburgo con una victoria por 2-6, 6-2 y 6-0, en 1h55m.
¿Por qué fue especial la victoria de Federer? Porque, además de ponerle fin a la racha de Nadal, significó la primera victoria del suizo sobre el zurdo de Manacor en canchas lentas, después de sufrir cinco caídas en ese terreno. Antes de este undécimo choque de potencias se podía imaginarlo como un buen examen a pocos días del comienzo de Roland Garros, el bastión de Nadal y el último territorio resistente en el imperio de Federer. Esta definición cambió un poco el panorama: el número 1 del mundo ya sabe cómo ganarle al número 2 en su superficie preferida. Federer apareció para disparar una advertencia en el momento justo, una semana antes de la cita en París.

Lo hizo justo cuando parecía más humano , más vulnerable. Porque en los últimos tiempos habían surgido algunas dudas. Y pasó unos días críticos, con el despido del australiano Tony Roche. Llegó a Hamburgo sin entrenador y pasó un susto -Pico Mónaco lo tuvo al borde del adiós en el debut-, pero se fue con el ánimo retemplado y un nuevo trofeo en Alemania, país que ya lo ha visto nueve veces campeón, con victorias en Hamburgo, Halle y Munich. Más aún: Federer acumula 37 triunfos sucesivos en suelo germano, ya que no pierde allí desde los octavos de final de Hamburgo 2003, cuando lo eliminó el australiano Mark Philippoussis.

Nadal se quedó con las ganas de sumar otro récord: ganar en un mismo año los tres Masters Series de la gira europea sobre canchas lentas. Consiguió imponerse en Montecarlo y Roma, pero falló en su intento de conquistar Hamburgo, donde sólo se habría presentado en 2003. Quedó claro que el desgaste físico y, sobre todo, mental fue decisivo en su primera derrota sobre polvo de ladrillo después de 25 meses: su último vencedor había sido el ruso Igor Andreev, el 8 de abril de 2005, en los cuartos de final de Valencia. Quizás en una final ante otro rival, con menor capacidad que la de Federer, habría podido seguir con su racha histórica... pero lo cierto es que le tocó cruzarse con el suizo. Esta vez, la sonrisa fue para Roger.

Y eso que el comienzo fue plenamente favorable a Nadal. En el Am Rothenbaum, ante 12.600 espectadores, el español arrancó con todo, con sendos quiebres en el tercer y en el quinto game para adelantarse 4-1; incómodo, el suizo cometía varios errores no forzados con el drive, mostraba algunos problemas con el saque y quedaba expuesto al ataque del número 2 del mundo.

Pero el encuentro empezó a cambiar en el segundo parcial. Federer consiguió su primer break en el cuarto game y se metió más en la cancha, decidido a atacar. Cuando pudo presionar y tener más precisión y regularidad, el suizo desbordó al mallorquín, que también empezaba a exhibir algunos signos de desgaste. Davydenko, en Roma, y Hewitt, en la semifinal de Hamburgo, habían dejado en claro que era necesario un juego agresivo al máximo para tener posibilidades de superar a Nadal en la tierra batida . El ruso y el australiano no pudieron, pero Federer cuenta con más recursos. Con menos imprecisiones y más consistencia, el suizo desplegó todo su repertorio, a tal punto que ganó 11 de los últimos 12 games.

Nadal se derrumbó con estrépito: nadie imaginaba una diferencia tan abrumadora en el tercer parcial. Por tercera vez en 134 partidos sobre polvo de ladrillo el español cedía un set en cero: las anteriores fueron ante Gastón Gaudio, en los cuartos de final de Buenos Aires 2005, y Guillermo Coria, en la final de Montecarlo de esa misma temporada.

Federer gritó su triunfo de cara al cielo; emocionado como pocas veces, corrió a besar a su novia, Mirka Vavrinec. El suizo recordará este título, el 48° de su carrera, como el que terminó con un ciclo de cuatro torneos seguidos sin cosechar trofeos, el período más extenso sin éxitos en sus 172 semanas al frente del ranking mundial.

"Tengo un enorme respeto por lo que hizo Nadal. Esas 81 victorias fueron una serie increíble. Pero después de perder la final de Montecarlo me dije: así no vas a poder vencerlo nunca . Me puse a practicar mucho los intercambios desde el fondo, la táctica. Siempre supe cómo debía jugarle, pero no lo hacía. Ahora por fin hice lo que sabía que debía hacer. Contra Nadal hay que ser agresivo, nunca dar un paso atrás", expresó Federer.

"La presión que tenía en este torneo era fuerte, sobre todo por los resultados de la semana pasada", admitió Federer, en referencia a la prematura eliminación en Roma y sus consecuencias. "Hoy, ante Nadal, y sobre polvo de ladrillo, esperaba que fuera más difícil. Pero nunca estuve nervioso, ni siquiera tras perder el primer set", agregó el suizo, que dejó en claro su intención: "Llego bien al Abierto de Francia, me entusiasma lo que se avecina".
"Perdí después de 81 partidos. Si tenía que perder con alguien, bueno, él era el hombre, ¿no?", dijo Nadal con humildad, y aseguró no haber tenido ningún problema corporal: "Fue más mental antes que físico. Estaba más cansado mentalmente de lo habitual".

Hamburgo disfrutó una final inolvidable por muchos motivos. Fue, además, en un momento especial, coincidentemente cuando el certamen alemán intenta mantener la categoría de Masters Series, incluido un juicio contra la ATP, que pretende excluirlo de esa lista y otorgársela a un certamen asiático. Federer y Nadal, ausentes el año último, cumplieron con su promesa y regresaron para brindar una definición histórica. Aunque Roland Garros ya prepara sus luces, y con ello, la promesa de un nuevo capítulo estelar en la batalla entre los dos mejores jugadores del circuito.

  • Acostumbrado a ganar cuatro veces los torneos
    Con su conquista de ayer, Roger Federer integró a Hamburgo a la lista de los torneos que obtuvo en cuatro oportunidades, una nómina compuesta por Halle (2003-06), Wimbledon (2003-06) y Dubai (2003-05 y 2007).
  • 13 los partidos que perdió Nadal en polvo de ladrillo en el ATP Tour, sobre un total de 134 encuentros. Su máximo vencedor es Gastón Gaudio, con tres éxitos sobre el español. Lo siguen Roger Federer, Igor Andreev, Olivier Mutis, David Ferrer, Carlos Moya, Fernando González, Nicolás Lapentti, Alex Corretja, Guillermo Coria y Olivier Rochus, todos con uno.

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